¡¡CUADERNO ORDENADO, LIMPIO Y BUENA LETRA!!
Actividades para 1º de Primaria
Lectura del cuento "AladÃn y la lámpara maravillosa"(está abajo). Puedes leerlo otra vez en alto,
cuidando la entonación de las preguntas y las admiraciones. Para un poquito en los puntos.También
puedes hablar de distinta forma según el personaje.
Escribe en tu cuaderno el tÃtulo del cuento.
Haz un dibujo sobre alguna escena del cuento:
Haz una copia del primer párrafo (es decir desde que empieza el cuento hasta el primer punto y aparte.
Escribe. ¿Cuáles son los presonajes principales del cuento? ¿Quë personaje te gusta más? ¿Por qué?
Cuéntale el cuento a tus papás o hermanos.
Actividades para 2º de Primaria
Lectura del cuento
Hacer un dibujo de una escena del cuento
El cuento es un texto narrativo, por tanto consta de tres partes: Introducción, Nudo y Desenlace.
Escribe:
- La primera oración de la Introducción
-La primera oración del Nudo
-La primera oración del Desenlace
Hacer un resumen en 20 lÃneas aproximadamente.
Inventa otro final para el cuento (10 lÃneas)
Recuerda
Para hacer un buen resumen
sigue estos pasos:
- - Lee el texto de forma rápida para saber de qué tipo es.
- - Lee una segunda vez más despacio para fijarte en detalles del
- texto: personajes principales y secundarios, tema del que trata, etc.
- - Subraya (si es posible) las ideas principales o los acontecimientos más importantes del texto.
- - Escribe con tus propias palabras el texto desde el principio hasta el final pero de forma condensada; es decir, las ideas más importantes. ¡Cuidado! las ideas deben ser coherentes para que las personas que lo lean lo entiendan perfectamente.
Aladino y la lámpara maravillosa
HabÃa
una vez un muchacho llamado Aladino que vivÃa con su madre en una casa sencilla y humilde del lejano Oriente. Todas las mañanas recorrÃa el centro de la
ciudad en busca de algún alimento que llevarse a la boca.
Un dÃa, mientras paseaba entre los puestos de fruta del mercado, se cruzó con un hombre muy extraño que le dijo.
Un dÃa, mientras paseaba entre los puestos de fruta del mercado, se cruzó con un hombre muy extraño que le dijo.
¿Tú
eres Aladino, el hijo del sastre, verdad?
–
SÃ, pero… ¿Quién es usted?
–
¡Soy tu tÃo! No me reconoces porque hace muchos años que no vengo por aquÃ. Veo
que llevas ropas muy viejas y estás muy flaco. Yo te ayudaré, pero a cambio
necesito que me hagas un favor. Ven conmigo y si haces lo que te indique, te
daré una moneda de plata.
El desconocido tenÃa razón. ParecÃa un mendigo
flaco y sucio. Aladino bajó la cabeza un poco avergonzado y decidió seguirlo
hasta una zona apartada del bosque. Una
vez allà se pararon frente a una cueva escondida en la montaña.
–
Aladino, yo soy demasiado grande y no quepo por el agujero de la entrada. Entra
tú y tráeme una lámpara de aceite muy antigua que verás al fondo
del pasadizo. No quiero que toques nada más, sólo la lámpara ¿Entendido?
Aladino
obedeció y penetró en un largo corredor bajo tierra. Vio la lámpara encendida y
junto a ella muchas joyas, monedas y piedras preciosas. ¡Jamás habÃa
visto tanta riqueza! Se dio prisa en coger la lámpara, pero no pudo
evitar llenarse los bolsillos de monedas.
Lo que más le
gustó, fue un ostentoso y brillante anillo que se puso en el dedo Ãndice.
– ¡Qué anillo
tan bonito! ¡Y encaja perfectamente en mi dedo!
Volvió hacia
la entrada y al asomar la cabeza el hombre le dijo que le diera la lámpara. – Te la daré, pero antes déjame salir de
aquÃ.
– ¡Te he
dicho que primero quiero que me des la lámpara!
– ¡No, no
pienso hacerlo!
El extranjero
se enfureció tanto que tapó la entrada con una gran losa de piedra, dejando al
chico encerrado en el húmedo y oscuro pasadizo subterráneo.
¿Qué podÃa
hacer ahora? ¿Cómo salir de ahà con vida?…comenzó a llorar y acarició el anillo
y de él salió un genio. ¡Aladino casi se muere del susto!
– ¿Qué
deseas, mi amo? PÃdeme lo que quieras que te lo concederé.
El chico le
dijo que querÃa regresar a su casa. En cuanto pronunció estas palabras, como
por arte de magia apareció en su hogar y le contó a su
madre, temblando, todo lo sucedido. Después, más tranquilo, cogió un paño de
algodón para limpiar la sucia y vieja lámpara de aceite. En cuanto la frotó,
otro genio salió de ella.
– Estoy aquÃ
para concederle un deseo, señor.
Aladino y su
madre se miraron estupefactos. pero Aladino reaccionó enseguida y se dirigió
asà al genio.
– ¿Tenemos
hambre!
Acto seguido,
la vieja mesa de madera del comedor se llenó de deliciosos manjares. Pero eso
no acabó ahà porque, a partir de entonces y gracias a la lámpara que ahora
estaba en su poder, Aladino y su madre vivieron cómodamente; todo lo que necesitaban
podÃan pedÃrselo al genio y no volvió a faltarles de nada.
Un dÃa, en
uno de sus paseos matutinos, Aladino vio pasar, subida en una litera, a una
mujer bellÃsima de la que se enamoró instantáneamente. Era la hija del sultán.
Regresó a casa y como no podÃa dejar de pensar en ella, le dijo a su madre que
tenÃa que hacer todo lo posible para que fuera su esposa.
¡Esta vez sÃ
tendrÃa que abusar un poco de la generosidad del genio para llevar a cabo su
plan! Frotó la lámpara maravillosa y le pidió tener una vivienda lujosa con
hermosos jardines, y cómo no, ropas adecuadas para presentarse ante el
sultán, a quien querÃa pedir la mano de su hija. Tan impresionado quedó el
sultán que aceptó que su bella hija fuera su esposa.
Aladino y la
princesa JazmÃn, se casaron unas semanas después y desde el principio,
fueron muy felices.
Pero una
tarde, JazmÃn vio por la casa la vieja lámpara de aceite y como no sabÃa nada,
se la vendió a un trapero que iba por las calles comprando cachivaches. Por
desgracia, resultó ser el hombre malvado que habÃa encerrado a Aladino en la
cueva. Deseando vengarse, el viejo recurrió al genio de la lámpara y le ordenó,
como nuevo dueño, que todo lo que tenÃa Aladino, incluida su mujer, fuera
trasladado a un lugar muy lejano.
Y asà fue…
Cuando el pobre Aladino regresó a su hogar, no estaba su casa, ni sus criados,
ni su esposa… Ya no tenÃa nada de nada.
Comenzó a
llorar con desesperación y recordó que el anillo que llevaba en su dedo
Ãndice también podÃa ayudarle. Lo acarició y pidió al genio que le devolviera
todo lo que era suyo pero, desgraciadamente, el genio del anillo no era
tan poderoso como el de la lámpara.
– Mi amo, es
imposible para mà concederte esa petición, pero sà puedo llevarte al lado de tu
mujer.
Aladino
aceptó y automáticamente se encontró en un lejano lugar junto a su bella Jazmin,
que por fortuna, estaba sana y salva. SabÃan que sólo habÃa una opción:
recuperar la lámpara maravillosa como fuera para poder regresar a la ciudad con
todas sus posesiones.
Juntos,
idearon un nuevo plan. Pidieron al genio del anillo un narcótico y a la
hora de la cena, JazmÃn lo echó en la copa del malvado. En cuanto se sirvió una
copa y mojó sus labios, cayó dormido en un sueño que, tal como les habÃa
prometido el genio, durarÃa cientos de años. Aladino y JazmÃn se
abrazaron y corrieron a recuperar su lámpara. Fue entonces cuando le contó a su
mujer toda la historia y el poder que la lámpara de aceite tenÃa. Frotó la
lámpara y como siempre, salió el gran genio que siempre concedÃa todos los
deseos de su señor.
– ¿Qué deseas
esta vez, mi amo?
– ¡Hoy me
alegro más que nunca de verte! ¡Llévanos a casa, viejo amigo! – dijo Aladino
riendo de felicidad.
¡Y asà fue!
JazmÃn y Aladino regresaron a su hogar, guardaron la lámpara maravillosa y fueron
felices para siempre.
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